¡Hola de nuevo!
Hoy nos hemos levantado prontito de cara a aprovechar el día y hemos descubierto 3 cosas:
1- Cerca del hotel -que es céntrico- no es tan fácil encontrar un lugar para desayunar
2- Aunque el sol salga a las 6.30 y se ponga a las 5.30, aquí hasta las 9-9.30 no se abre nada.
3- Al que madruga... monzón al canto, ¡no ha parado de llover hasta mediodía!
Dicho esto hemos aprovechado la mañana para visitar el Hyde Park, que se encuentra justo al lado del hotel. Es mucho más pequeño que los parques americanos pero aún es precioso. Tiene una gran fuente central (Archibald Memorial) en el norte y un gran monumento (Anzac Memorial) en el sud, dedicado a la armada Australiana y Neozelandesa de la primera guerra mundial (Australian and New Zeland Army Corps). Como escena curiosa, los bancos estaban plagados de pájaros que se 'refugiaban' de la lluvia (o más bien se solidarizaban entre sí).
Más tarde hemos podido encontrar un lugar en el que desayunar (y muy bueno por cierto) y de ahí hemos empezado a callejear, con la intención de comprar una tarjeta SIM local y algún accesorio para la cámara (anti-lluvia básicamente). Mientras paseábamos nos hemos topado con el Queen Victoria Building, un pequeño centro comercial (Arcade) muy acogedor.
Tras este primer paseo, nos hemos dirigido hacia el norte del centro de Sydney y, en particular, al entrañable barrio de The Rocks, donde por ser domingo había mercado. De camino hemos descubierto que esta ciudad disfruta con los grafitis o expresiones artísticas de cualquier índole y, además, que tienen ligeros problemas con la señalización.
Finalmente hemos llegado a nuestro destino. The Rocks es un pequeño barrio donde aún se conservan edificios de ladrillo rojo y donde se mezclan pequeñas demostraciones de arte moderno con un pequeño mercado de comida, ropa y demás curiosidades locales. El paseo ha sido más que agradable y la gente con la que nos hemos topado, un encanto. ¡Y como al lado se haya Circular Quay, hemos podido echar la primera foto al Sydney Opera House!
Tras pasear un rato y no encontrar nada interesante para comer (más que mazorcas, que no nos han terminado de convencer), hemos hecho una pequeña parada en un Starbucks y de allí directos al Wild Life Sydney Zoo. El zoológico se encuentra en la zona de Darling Harbour, donde volveremos mañana, junto al Madame Tussaud's y el Aquarium de Sydney. Lo que más nos ha gustado de la visita es que la variedad de animales era exclusivamente australiana y que te podías acercar a muchos de ellos -los canguros estaban 'semi-libres' y con los koalas podías hacerte fotos, al igual que con las serpientes-. ¡Así que ya tenemos las primeras fotos con koalas! (una de las grandes ilusiones del viaje)
Tras finalizar la visita hemos intentado visitar otras partes del puerto (como el Chinese Garden), pero siendo las 5 ya estaba casi todo cerrado. Por lo tanto nos hemos dirigido al hotel, no sin antes pasar por el barrio chino -mucho más bonito de lo que esperábamos- y hacer parada en una pastelería japonesa (Fuji Pan).
Finalmente hemos salido del hotel rápidamente para llegar a tiempo (con la ayuda de un taxi) al Sydney Opera House, para ver un concierto de Jonas Kaufmann. Al llegar a la Ópera no nos hemos llevado ninguna decepción: la arquitectura es completamente preciosa y las instalaciones son magníficas. Dicho esto, el concierto ha estado genial. Si bien hemos descubierto que somos más de musicales, el sr. Kaufmann tiene una voz envidiable que ha hecho levantar al público en más de una ocasión (que a su vez le ha arrancado 5-6 bises). Tras acabar el espectáculo hemos vuelto caminando al hotel disfrutando de las vistas y hablando del día que nos espera mañana... ¡playas y tiburones!
Hoy nos hemos levantado prontito de cara a aprovechar el día y hemos descubierto 3 cosas:
1- Cerca del hotel -que es céntrico- no es tan fácil encontrar un lugar para desayunar
2- Aunque el sol salga a las 6.30 y se ponga a las 5.30, aquí hasta las 9-9.30 no se abre nada.
3- Al que madruga... monzón al canto, ¡no ha parado de llover hasta mediodía!
Dicho esto hemos aprovechado la mañana para visitar el Hyde Park, que se encuentra justo al lado del hotel. Es mucho más pequeño que los parques americanos pero aún es precioso. Tiene una gran fuente central (Archibald Memorial) en el norte y un gran monumento (Anzac Memorial) en el sud, dedicado a la armada Australiana y Neozelandesa de la primera guerra mundial (Australian and New Zeland Army Corps). Como escena curiosa, los bancos estaban plagados de pájaros que se 'refugiaban' de la lluvia (o más bien se solidarizaban entre sí).
Más tarde hemos podido encontrar un lugar en el que desayunar (y muy bueno por cierto) y de ahí hemos empezado a callejear, con la intención de comprar una tarjeta SIM local y algún accesorio para la cámara (anti-lluvia básicamente). Mientras paseábamos nos hemos topado con el Queen Victoria Building, un pequeño centro comercial (Arcade) muy acogedor.
Tras este primer paseo, nos hemos dirigido hacia el norte del centro de Sydney y, en particular, al entrañable barrio de The Rocks, donde por ser domingo había mercado. De camino hemos descubierto que esta ciudad disfruta con los grafitis o expresiones artísticas de cualquier índole y, además, que tienen ligeros problemas con la señalización.
Finalmente hemos llegado a nuestro destino. The Rocks es un pequeño barrio donde aún se conservan edificios de ladrillo rojo y donde se mezclan pequeñas demostraciones de arte moderno con un pequeño mercado de comida, ropa y demás curiosidades locales. El paseo ha sido más que agradable y la gente con la que nos hemos topado, un encanto. ¡Y como al lado se haya Circular Quay, hemos podido echar la primera foto al Sydney Opera House!
Tras pasear un rato y no encontrar nada interesante para comer (más que mazorcas, que no nos han terminado de convencer), hemos hecho una pequeña parada en un Starbucks y de allí directos al Wild Life Sydney Zoo. El zoológico se encuentra en la zona de Darling Harbour, donde volveremos mañana, junto al Madame Tussaud's y el Aquarium de Sydney. Lo que más nos ha gustado de la visita es que la variedad de animales era exclusivamente australiana y que te podías acercar a muchos de ellos -los canguros estaban 'semi-libres' y con los koalas podías hacerte fotos, al igual que con las serpientes-. ¡Así que ya tenemos las primeras fotos con koalas! (una de las grandes ilusiones del viaje)
Tras finalizar la visita hemos intentado visitar otras partes del puerto (como el Chinese Garden), pero siendo las 5 ya estaba casi todo cerrado. Por lo tanto nos hemos dirigido al hotel, no sin antes pasar por el barrio chino -mucho más bonito de lo que esperábamos- y hacer parada en una pastelería japonesa (Fuji Pan).
Finalmente hemos salido del hotel rápidamente para llegar a tiempo (con la ayuda de un taxi) al Sydney Opera House, para ver un concierto de Jonas Kaufmann. Al llegar a la Ópera no nos hemos llevado ninguna decepción: la arquitectura es completamente preciosa y las instalaciones son magníficas. Dicho esto, el concierto ha estado genial. Si bien hemos descubierto que somos más de musicales, el sr. Kaufmann tiene una voz envidiable que ha hecho levantar al público en más de una ocasión (que a su vez le ha arrancado 5-6 bises). Tras acabar el espectáculo hemos vuelto caminando al hotel disfrutando de las vistas y hablando del día que nos espera mañana... ¡playas y tiburones!
Este comentario ha sido eliminado por el autor.
ResponderEliminar¡Hola!
ResponderEliminarEn el primer post echaba en falta a Herbius, pero ya me quedo más tranquila viendo que al día siguiente lo llevásteis de paseo. Está tan contento como siempre.
Me encanta leeros, es como viajar con vosotros ;)
Pasadlo genial, ¡y no olvidéis contárnoslo!