¡Buenos días!
Ayer se terminó el viaje, y volvemos a estar en Barcelona. Habiendo dejado Australia atrás, sólo nos quedaba la última parada: Singapur.
La verdad es que disponíamos de un único día (llegamos a las 5.50 y nos íbamos a la 1.10) y estábamos completamente exhaustos por lo que tuvimos que pensar bien qué visitar. En mente teníamos: el barrio Indio, el barrio Chino, Marina Bay y proximidades, la Isla de Sentosa y el Safari Nocturno del Zoo de Singapur. Finalmente descartamos Sentosa porqué el día no acompañaba y además no salía a cuenta ir hasta la isla artificial para estar sólo unas horas, y el Zoo puesto que nos iba algo ajustado de tiempo, considerando que quedamos para cenar con unos amigos de Singapur (David y María). ¡Y valió mucho la pena!
Empezamos pues: tras llegar al aeropuerto decidimos cambiar de terminal para dejar las maletas. Para los que no hayáis estado en este aeropuerto es sencillamente precioso y muy práctico. Hay hasta capillas y cine, pasando por masajes de pies gratuitos. Además, el sistema de conexión de terminales es muy eficiente (una especie de monorrail con una frecuencia de 2-3 minutos). Luego nos fuimos directos al centro de la ciudad con el metro local.
Zona 1: Barrio Indio - Nos impactó bastante este barrio. No nos engañemos, dejando de lado los templos no es un barrio 'bonito' pero sí muy auténtico, y vale la pena perder unas horas paseando. Decidimos visitar el Templo Sri Veeramakaliamman, el Mercado Tekka Centre y el Little India Arcade. También pasamos por el Goddess of Mercy Temple y por el Sri Krishnan Temple, de camino a la segunda zona. Obviamente a todos los templos (hindúes) debe entrarse descalzo y en algunos te hacen pagar un pequeño tiquet por hacer fotografías. Se realizan ofrendas continuamente y el lugar se haya cargado hasta los topes de representaciones de deidades indias. El mercado olía mal, porqué no decirlo, pero vimos realmente como viven en el barrio.
Zona 2: Barrio Chino - Este barrio nos encantó, sabiendo que somos fanáticos de lo asiático. Entramos por Clarke Quay y visitamos el Chinatown Heritage Centre (por fuera), el Sri Mariamman Temple y, el que a mí me gustó más, el Buddha Tooth Relic Temple. Como es habitual, nos hartamos de recorrer la zona y ver tiendas y nos llevamos pequeñas y grandes sorpresas, como las decoraciones, una tienda temática de Tintín (¿en Chinatown?) o un restaurante que acabó siendo muy recomendable (Noodle Man, con un chef y malabarista de los noodles como principal atracción, además de la excelente comida). También probamos el típico Kaya Toast y, tras comer, nos movimos a la tercera zona.
Zona 3: Marina Bay y Proximidades - Empezamos visitando el Singapore Flyer (la Noria), y posteriormente dimos la vuelta a Marina Bay, viendo el Merlion Park, el Hotel Marina Bay Sands y los jardines Gardens by the Bay. Al llegar a la Noria nos impresionó lo 'sobredimensionado' que está todo. Espacios preparados para albergar a centenares de personas con colas de 10 ó 20. Infraestructuras gigantes, demasiadas para una ciudad con escasos 5 millones de habitantes. Dicho esto es una buena visita que te proporciona una impresionante vista de pájaro de Singapur. También disfruté de la 6D Experience, un pequeño IMAX en las mismas instalaciones. Tras la experiencia descansamos un rato y dimos la vuelta a Marina Bay, parando en la estatua de Merlion (el león de Singapore), sorprendiéndonos con que uno de los restaurantes de élite de la zona se llamara Catalunya y acabando el paseo en el fantástico parque de Gardens in the Bay.
Finalmente quedamos con David y María, mientras veíamos el atardecer. Aprovechamos para subir al Marina Bay Sands y ver las fantásticas vistas que presenta. Posteriormente nos fuímos a cenar el típico Black-Pepper Crab (en el restaurante Jumbo Seafood) y, después de cenar, nos despedidos de nuestros amigos y fuimos rápidamente al aeropuerto. Estábamos tan cansados que Noemí casi no me podía despertar del sofá en el que me quedé dormido. Así que la vuelta a Barcelona ha sido una gran siesta con alguna película para amenizar.
Hoy estamos tristes por haber terminado el viaje, pero felices porqué todo ha ido genial. Hemos disfrutado de grandes paisajes, albas y ocasos, animales y aventuras, con la compañía de buenos amigos (Eva y Juan) y compartiendo momentos con otros grandes amigos (David y María). ¿Se puede pedir más?
¡Un abrazo a todos los que habéis seguido el blog!... ¡prometo otro para el próximo viaje! :-)